En septiembre 2015 se celebró en Ortigia (Siracusa) el SudEst Wine Fest; un evento que reunió, durante tres días, a los productores de vino y de productos de excelencia del área del sureste siciliano (las provincias de Catania, Siracusa y Ragusa). El evento tuvo lugar en el antiguo mercado de Ortigia, en Siracusa.
En esa ocasión tuve el placer de encontrar a Antonio y Daniela de Cozzo del Parroco quienes, con su sonrisa y amabilidad, junto con los productos que ofrecían, cautivaron enseguida mi atención.
La mesa que nos separaba estaba repleta de harinas molidas en piedra y pastas hechas con esa harina, productos que derivan del trigo cultivado en sus tierras: 10 hectáreas situadas muy cerca de la ciudad símbolo del barroco siciliano, Noto.
Lo que me pareció interesante de su proyecto es el empeño que ponen en recuperar el cultivo de algunos de los antiguos trigos duros sicilianos (Triticum Durum), en especial las variedades Timilìa y Russello. Se trata de trigos autóctonos muy difundidos hasta los años 50 del siglo pasado que, poco a poco, fueron suplantados por variedades más aptas a la coltura intensiva y mecánica (trigos que daban más cantidad pero con una calidad inferior).
Cozzo del Parroco, tal como otros proyectos que se están difundiendo por toda la isla, apuesta por una producción de calidad y por una ética en el ámbito alimentario; un trabajo que favorece la conservación del patrimonio genético vegetal siciliano y la valorización del territorio a través del impulso que esto da a la recuperación de la originaria biodiversidad de esas tierras.

Antiguo, esmero, ilusión, respeto, lentitud, recuperación, confianza, suavidad, autóctono, histórico…me conectan con una profunda sensación de bienestar.
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…y añado orígenes, raíces, «con los pies en la tierra», mirando hacia atrás… sensación de bienestar que deriva de la certeza de hacerlo según el ritmo que sugiere la naturaleza de las cosas, la misma tierra…
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